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Has terminado el curso de escritura creativa y acabas de poner el punto y final a una nueva obra. Es un momento emocionante, satisfactorio y, de entrada, sientes el impulso de celebrarlo. Pero no nos precipitemos, queda por delante un trabajo ineludible y que, seamos honestos, a casi ningún escritor le gusta realizar: las correcciones
Todos necesitamos correcciones, es un hecho. Incluso los narradores que ponen más cuidado y mimo padecen lo que se conoce como «ceguera de autor»; la incapacidad de apreciar errores que, si el texto fuera de otra persona, encontraríamos al primer golpe de vista. ¿Por qué pasa esto? Pues muy sencillo: porque tenemos tan claro lo que queremos expresar que el cerebro nos engaña, nos hace ver que todo está en su sitio. Pero, ay, cuando el libro se publica y lo abrimos por primera vez… El horror. La errata.
Cómo corregir ortografía y gramática de un texto
En fin, que para facilitar un poco la labor de corrección, te vamos a dar cuatro indicadores a los que debes prestar especial atención. Es decir, los Cuatro Jinetes del Apocalipsis Corrector a los que tenemos que detener antes de que nos arrasen y, por su culpa, nos tomen por escritores aficionados.
El adverbio de modo
Nos referimos, indudablemente, a esas terribles palabras terminadas en -mente con las que habitualmente trufamos nuestras narraciones. Y sirva esta primera línea como muestra de lo mucho que pueden llegar a afear los textos. Así pues, siempre que puedas sustituir el adverbio por otra expresión que transmita lo mismo, es preferible que la uses. No pasa nada por soltar alguno de vez en cuando, obviamente. Pero, como dice Stephen King, «el adverbio es uno de los grandes enemigos del escritor».
El gerundio
Es el primo mareante del adverbio, otro tipo de invitado al que hay que controlar para que no se exceda. Si vamos escribiendo según va saliendo y después, cuando estamos releyendo y revisando nos damos cuenta de que nos estamos mareando, es probable que se nos haya ido la mano con los gerundios. Como en el caso del primer punto, no pasa nada porque incluyamos algunos, incluso por meterlos con toda la intención para crear una sonoridad concreta. Es el abuso lo que estropeará el texto y sacará de cuajo al lector de tu historia.
El pleonasmo
¿Has tenido alguna vez la sensación de que en una oración sobran palabras, que hay texto superfluo, que se incide en lo mismo, que se dan muchas vueltas para algo que se expresaría con una frase sencilla? Como en la pregunta anterior, cuando incluimos vocablos innecesarios es que hemos caído en la trampa del pleonasmo, ese otro gran enemigo de los narradores que nos lleva a pensar que es buena idea escribir con nuestras propias manos (¿con cuales si no?) cuando es mejor que salgamos afuera (¿se puede salir hacia dentro?) y nos aireemos antes de continuar con la sesión de escritura.
La coma entre sujeto y predicado
El escritor, metió la pata. Perdón. El escritor metió la pata. Así, sin interrupciones por medio, porque nunca debes colocar una coma entre el sujeto y el verbo. Esta práctica, muy extendida, rompe por completo el fluir natural de las oraciones (sujeto + predicado). Diferente sería si quisieras hacer alguna aclaración en medio. Por ejemplo: «El escritor, que es muy despistado, metió la pata».
Estos son cuatro de los errores que cometemos más a menudo hasta los escritores curtidos en mil batallas literarias. Así que tenlos muy presentes a la hora de revisar ese relato que tanto has disfrutado al escribir y que tantas alegrías te puede dar en cuanto lo hayas pulido.
Fórmate y Trabaja como Escritor
Estas son algunas de las cuestiones que enseñamos a tener en cuenta a los alumnos de nuestros cursos de Escritura Creativa cuando preparamos la edición y distribución de sus novelas. Si quieres formarte y que te ayudemos a ver tu historia publicada en puntos de venta por toda España, ponte en contacto con las Escuela Audiovisual de MasterD.
El curso de escritura MasterD está diseñado por escritores profesionales con varios premios en el sector y editores literarios, mostrando al alumno las técnicas para desarrollar sus textos y todo el proceso posterior de publicación y distribución, ya sea por medios propios o con un sello editorial.
Además del temario y los ejercicios en tu campus el curso incluye proyectos de escritura, tutorías semanales grupales y coach sessions individuales para reforzar los diferentes conceptos, para que puedas trabajar también como copy publicitario, redactor o en otros puestos relacionados.
Al final del curso, los mejores alumnos tienen posibilidad de publicar sus escritos con nosotros, y durante tu curso podrás participar en proyectos conjuntos con otros alumnos de la escuela (locutores, directores de cine, etc.), convirtiendo tus textos en audiorelatos o cortometrajes.
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