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¿Por qué escribimos?

  • Cuando uno es un escritor novel se cometen una serie de errores que acaban frustrándonos y condenando a grandes historias al limbo del cajón del escritorio. Aquí os lanzo una serie de consejos para iniciaros en el mundo de la escritura sin perder la cordura.
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¿Por qué escribimos?

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¿Cómo escribir un guion?

 

¿Por qué escribimos? Esa es al mismo tiempo la pregunta más fácil y difícil de responder para cualquier escritor, profesional o no. Escribimos por instinto, por descontado, por naturaleza, porque hemos contado historias desde los albores de los tiempos, porque nos gusta, porque nos relaja, porque no podemos no hacerlo, porque queremos comunicar, porque queremos cambiar el mundo y porque no sabemos hacer otra cosa. Pero también escribimos por motivos menos trascendentales:  por miedo, por amor, por aburrimiento, por venganza, porque algo habrá que hacer, porque me acabo de comprar una máquina de escribir vintage y tengo que amortizarla o porque simplemente nos apetece.

 

Sea cual sea la razón por la que lo hagamos todos los escritores tenemos un punto común, nuestro mejor aliado y nuestro peor enemigo: el folio en blanco. Cuando un escritor se sienta frente a un folio en blanco (físico o digital) es el momento de la verdad, es entonces cuando todas esas ideas anotadas en varias libretas deberán tomar estructura y forma para acabar convertidas en una de las mejores películas o novelas de todos los tiempos.

 

Pero claro, no siempre es tan fácil. Cuando uno es un escritor novel se cometen una serie de errores que acaban frustrándonos y condenando a grandes historias al limbo del cajón del escritorio. Aquí os lanzo una serie de consejos para iniciaros en el mundo de la escritura sin perder la cordura.

 

Consejo nº 1: Termina lo que empiezas

¿Cuántas veces has imaginado una historia de la que sólo has sido capaz de escribir el principio? Si eso te ocurre o te ha ocurrido es porque normalmente sabemos cómo iniciar un periplo y, en el mejor de los casos, sabemos cómo terminará esa odisea. No obstante, ¿qué ocurre con toda la parte intermedia? ¿Y el nudo? Ahí es donde realmente está el intríngulis de la historia. No te lances a pecho descubierto a escribir a flor de piel, la escritura improvisada o el “aquí te pillo aquí te escribo” está muy bien como ejercicio, pero cuando quieras escribir en serio debes tener claro todo lo que va a pasar antes de teclear la primera letra. De lo contrario comenzarás a escribir sin saber qué va a ser de tus personajes y lo más seguro es que acabes en un callejón sin salida.

 

Consejo nº 2: Concéntrate

El escritor del siglo XXI tiene que enfrentarse a un hándicap al que no tenían que hacer frente los grandes maestros del pasado. Resulta difícil imaginar a J.M. Barrie a punto de terminar Peter Pan cuando, súbitamente, un mensaje de WhatsApp le desconcentra y hace que olvide como volar. El teléfono móvil es el mayor asesino de historias.

 

Si quieres escribir en serio tómatelo en serio. Busca un lugar donde estés tranquilo y cómodo, que no te molesten. Ve al baño, bebe agua, apaga el teléfono y trata de explicar a tus seres queridos que para ti es importante escribir y que te gustaría que en ese ratito que consigues sacar al día no te interrumpieran. Seguro que cuando estés siendo entrevistado en televisión te acordarás de mencionar la paciencia que tu familia tuvo contigo.

 

Consejo nº 3: Escribe a diario

Sé que es difícil compaginar la vida familiar, la laboral y además la escritura, pero trata de sacar un rato al día para ejercitar tu técnica. Del mismo modo que un bailarín o un deportista deben entrenar a diario, un escritor debe machacar unas cuantas teclas al día.

 

No es necesario que escribas veinte páginas diarias. Ponte una meta, por ejemplo “terminar el capítulo 1 esta semana”. Echa todos los días un ratito y verás cómo antes de que te des cuenta has escrito una obra maestra.

 

Consejo nº 4: Lee mucho

Los grandes escritores de la humanidad han dejado un legado, ¡aprovéchalo! Bébete los libros de los grandes autores y de los no tan grandes. Siéntate a solas y disfruta de una historia. Si está bien escrita al terminarla serás más sabio y mejor escritor; si está mal escrita sólo serás mejor escritor porque al menos sabrás como NO hay que hacerlo.

 

Consejo nº 5: Deja que te lean

Creo que cuando uno termina una historia ha pasado tanto tiempo con ella que la quiere como un hijo. Quieres protegerla, tratarla con cariño y, por supuesto, no te gustaría que nadie dijera nada malo de ella. Es por eso que nos mostramos reticentes a la hora de enseñar nuestro trabajo. Si eso te ocurre puedes empezar mostrándola sólo a tu familia y poco a poco ir abriéndote. Trata de escuchar mucho y bien, no te ofendas si alguien no entiende ese chiste que a ti te hace tanta gracia o si le parece previsible ese giro argumental que te costó conseguir. El lector es mejor que tú en la lectura porque su mente es objetiva, tú amas a tu criatura por encima de todas las cosas, aunque sea fea y lenta. Escucha, respeta y no tengas miedo de cambiar algo que no funcione por pura cabezonería.

 

Por ahora estos cinco consejos serán suficientes para que empecéis a plasmar vuestra imaginación en el papel. No tengáis miedo, ¡lanzaos a escribir! Posiblemente os sorprendáis a vosotros mismos haciéndolo porque ya sabéis, la aventura de un escritor comienza en blanco.

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